elalan

Una vez que reuní las bolas para ir a ver un médico y pedir pase a cirujanete, decidí poner fin a todo este tiempo cargando ese pedazo de mierda adicional, a la que ya cargaba mi cansada face; el cirujano, un veterano canchero de esos que ya han cortado más carne que Parrado y Canessa juntos, me dá un diagnóstico de papita pal loro, que en cuestión de minutos el tema quedaba resuelto y todo eso.

Madrugazo, caquita y duchita, calzoncillo estrella, tacho y allí estuve sentado junto a unos ancianos, hasta que apareció el camillero, quien se presentó con nombre y rango, onda carcelero que te acompañará a la horca, no, todo bien el pibe. Me trajo mi nueva pilcha, ponchito y botas, y un par de bolsas para la ropa, mientras no venía de vuelta, me cagué de frío. Al regresar, me hizo subir a la camilla, y me llevó a otro piso, a un lugar donde te pasan de una camilla a otra, donde me acordé de cómo los hubiese puteado si en lugar de la mierda en la jeta, hubiese tenido un hueso roto, clanga clanga sonaban los fierros. El lugar me resultaba por demás familiar, porque allí mismo le había entregado en brazos a una anestesista, a mi pequeño cachorro Santiaguito en una de sus operaciones, momento dark de mi fucking life en el que me derrumbé emocionalmente, agarrándomela con un imbécil de éstos vigilantes de juncadella o esas mierdas, lo mandé a la concha de su madre porque me dijo que no podía fumar, imbécil de mierda, vigilante puto.

Una enfermera cool me vió cagado de frío y me trajo una frazada, en cuestión de segundos, estaba roncando como un hijo de puta, me despertó otra enfermera no tan cool, porque tiró la frazada a la mierda, y me llevó para la sala donde me esperaba nuevamente el cirujano-veterano-canchero, a quien reconocí con su equipo de operantrador. Ahí me encajan un trapo por arriba de la cabeza, con agujero que solo descubría la jeta, y me empezó a pinchar salado abajo del ojo, cosa que dolía como la mismísima mierda, instantes después, ya estaba cortándome y sentía como que tenía 54 dedos en la cara, pero todo bien. Me dice "era grande eh? te tuve que dar seis puntos", si si, todo bien, aún ignoraba el verdadero sentido de sus palabras...

Salí con la jeta toda vendada, el mismo pibe camillero me llevó de nuevo al lugar del principio y 10 minutos después estaba en la lleca; me encanuté en casa, y al otro día tenía que laburar, cada uno que me iba viendo me veía medio con pena, hasta la telefonista no me quiso saludar con un beso jaja, pero lo peor vendría a la noche, cuando me tocaba sacarme las vendas. Fué lo primero que hice al entrar en casa, fuí derecho al baño y con ese dolor salado que te dá en la piel despegar el leuko onda papel ese que se pega como una garcha. Finalmente empezó a ceder y ví.... a la mierda... pude ver...no te puedo creer la concha de la hermana... noooo, un tajo mal de esos que son una línea curva y pequeñas líneas cruzadas, igual, pero igual a Chuky, no no no no, si me hubiese pasado a los 18 años me suicidaba, ho-rri-ble.

Bueno, desde ahora conviviré con eso, intentaré llevarlo con dignidad, glamour y buena onda, hoy ya notaba la mirada piadosa de la gente, otros, interpretaban mi nuevo rasgo como una amenaza, sentian miedo, es que es sencillamente inmundo y espantoso, tienen razón, da asco y apesta, pero bueno son las marcas que va dejando el estúpido tiempo.