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CASO 2 - DANCER

La página partidaria más popular del Uruguay: Decano.com, supo reunir a un montón de gente copada, que a partir de su amor por la blanca y en base a una serie de acciones en común (por ejemplo, la tirada de papel higiénico masiva en el clásico del susto), comenzaron a relacionarse personalmente, además del vínculo virtual.

Allí estaban, los Meyers, Tony Palm, Pepita, The Sasiain´s, el Hongus, La Bolsa, el Tuki, el Cocus Píriz, entre otros personajes alucinantes como nuestro héroe de hoy, con quienes no tardamos en organizar los primeros asados nsná.

Uno de esos eventos cárnicos tricolores tuvo cita en tierras puntagordeanas, allí, a pasitos de La Mennais, en el parrillero común de donde vive el Señor Uncle Sasia. Todo iba muy bien, excelente actuación del parrillero anfitrión, mucha checha, mucho vino y.... una botella de gin (¿?).

En determinado momento, pintó charlantra sobre seducción (bah, no tengo ni idea, pero de algo de eso se hablaba), y uno de los presentes muy canchero encaja: "bueno, yo para seducir a las chicas es muy fácil, tan solo bailo" risotadas de borrachos incrédulos tomaron como poco creíble tal afirmación, pero el fenómeno retruca "ah no? mirá, por ejemplo hay unas minas que viven del otro lado del pozo de aire de mi apartamento, y tenemos un rito que consiste en que yo danzo junto a la ventana y ellas transforman mi show en su fetiche..." allí las risotadas pasaron a gestos de incredulidad onda "vo, y eso fué antes o después que te subiera la tripa?", muy caretas todos nosotros, no teníamos ni idea de lo que vendría...

Los "vivos", seguíamos ahí haciendo chistes vanales, sacándonos fotos ridículas, bebiendo mal, para colmo, una ténue pero hincha verga lluviantra no paraba y nos confinaba al canuto bajo el techito.

En eso una presencia pasa rauda hacia el salón, cerrando cortinas y ventanas, y para quien lo haya visto debe haber pensado "pobre, se debe estar re cagando y quiere impedir que el humo marrón llegue hasta aquí", pero no.... no...... NOOOOOO......

Del radiograbador de la década del 80 que había en el salón (ahora cerrado) comenzó a sonar un puf-puf-puf-puf-puf-puf inconfundible ritmo de base de música electrónica, dance, house, acid, o como mierda se llame, a dicho compás lo siguió una apertura impetuosa de las cortinas de salón, y allí emergió una figura que magnetizó todas las miradas de los presentes, quienes no dábamos crédito al show que estaba comenzando. En efecto, como un monstruo sexual danzante, nuestro fenómeno comenzó a movilizar su cuerpo a un nivel de contorsión alarmante, esgrimiendo pasos que ni Gudunov hubiese intentado, mientras el ritmo avanzaba, nuestro bailarín ocasional se retorcía en contorsiones entre eróticas y tremebundas. Bueno, quizá nos demostró sus dotes de bailarín, pero seguro que nadie se exitó con el show, al punto de humedecer su ropa interior, no solo porque no somos putos, sino porque las mujeres allí presentes tal vez sí mojaron su chabomba, pero de mearse de la risa.

Sin dudas que hubo un antes y un después de esa noche, quizá nuestro titán sintió que las risas habían sido en una mala, o algo similar, cosa que no fué así, al menos en mi caso, a tal punto que en eventos posteriores a ese, le pedí por favor que danzara otra vez, ahora mejor producido, pero no tuve éxito, ni bola me daba. Incluso, algo extraño ocurrió en el, al sumergirse en un profundo bajo perfil, donde hablaba poco, reía poco, aunque siempre presente (como debe ser), se recluía en el silencio, que aparentemente lo amparaba de su fama alcanzada.

Pero las leyendas no desaparecen así nomás, y los verdaderos grandes siempre tienen que volver, es así que con el auge de la noche en la Ciudad Vieja se le dió a nuestro paladín de la danza un contexto adecuado para volver a sus andadas. Vaya si volvió!!!

Nureyev post Chernobyl, encontró en El Pony Pisador el ámbito que él estaba necesitando, un lugar para danzarrrrrrrr y chicas para calentarrrrrrrr, así fué que su retorno se dió a todo glamour: con un look renovado, un poco más gordo pero sin perder performance, con una buena camisa de lentejuelas que sonrojaría al mismísimo Walter Mercado, la fiera del ritmo, comenzó a pizarrear sus dotes en el citado boliche, con una consecuencia yo diría lógica, gran calentura carnal en las minas, vulvas humedecidas, sentimientos encontrados, y hasta auto cuestionamientos sobre su propia actualidad amorosa, a tal punto, que minas que estaban con su machito tomándose una en la barra, los dejaban tirados mal, para ir a danzar con el potranco de las pistas, y envolverlo con sus chalinas cual serpiente cobra su presa, muy excitadas, en fin, re calientes. Ignoro exactamente que reacción tuvieron los machos, pero asumo que tratándose de quién les mejicaneaba la gata, la aceptación y el retiro lucía como la decisión más acertada. Grande DANCER.

A modo de epílogo, no sé porqué incluí a DANCER en historias dark, porque de dark no tienen nada, todo es luz, ritmo, fascinación y glamour, en fin, personaje esencial como DANCER son esos que siempre querés que estén, aunque no hable su presencia vale, un verdadero fenómeno y ojalá siga deleitando generaciones con su danza. Salú.