domingo, junio 29, 2008

 

el Honda

Contrariamente al camino que generalmente recorre la gente próspera, adquirí mi primer auto a los 40 años, ñññ, porqué no antes? yo que sé, no debo haber tenido guita supongo, y tampoco crecí sobre una cultura de autos, mi viejo tuvo uno que era un colachata salado, Ford Galaxy del año 62, con el cual mandó un par de personas a mejor vida, pobre, recuerdo que una de esas veces estaba tan tensionado que no tuve mejor idea que tirarle una bomba brasilera a pocos metros de donde estaba, lo cual determinó que me cagara a patadas en el orto. Siempre la ví lejos la tenencia de un rodado, lo cual me perpetuó en el traslado de bondi apestoso maloliente miserable, y ya más grande en taxi, que de milagro no probé la dureza de la mampara con mi sien, mandíbula o directamente colorearlas con masa encefálica, fucking dementes ellos, los tacheros. Finalmente, luego de zafar de las múltiples deudas que me acosaban, más moralmente que otra cosa, liberé unos mangos y tomamos la decisión con Nancy de pegar un car; nuestra palomez total fué el primer escollo, no sabíamos manejar ni ella ni yo, tampoco teníamos amigos mecánicos en quienes asesorarnos, todo ello demoró el proceso de compra, hasta que mediante una compañera de la agencia quien tiene un marido mecánico, accedí a una oferta por un Honda... Lo primero que pensé obviamente fué "terrible piojo en un Honda, medio que no, no?, pero me lo trajo y aluciné, brillaba, sonaba como un coro de motor angels, era de esos que en una época uno los veía como auto de fat fish, y una época yo diría lejana ye. Iniciamos todo el proceso, y lo adquirimos, a tal punto que lo tuve en casa aún sin tener libreta ñññ, pero lo miraba, lo tocaba, mismo que onda gurí chico, rápidamente saqué mi libreta luego de una prueba digna de un Ayrton Senna, y volví re copado a sentarme en él sssseeeeeeeee. Igual conservaba turreces de conductor nabo, paloma y principiante a pesar de mi ya longeva edad, pero la condición de auto automático me facilitaba parte del tema, igual me mandaba (y bueno, me mando) algunas cagadas, principalemente con la estacioneta, shit, madera madera, igual la fuí llevando con dignidad, a tal punto que hasta me ví puteando a otros conductores, quizá en represalia por tanta puteada recibida. Nancy por su parte vivió su proceso, gran cagazo permanente, extremo de precuaciones de esas que ya entorpecen el tránsito pero ta, el librito de conducir decía que...
Todo bien hasta que el auto fué poseído por los encostos, los espíritus malignos, los trabajos espirituales, primero no arrancaba, o arrancaba y se quedaba, cosa que al ser automático no te permite ni empujarlo, después me hizo llegar tarde a la boda de mi queridísimo amigo Sam, porque el bulbo de no sé que mierda no estaba conectado, calienta radiador y humooo, todo mal, después se cae (se cae literalmente) el caño de escape, después se vuelve a apagar, fffffff, menos mal que se lo compré a un mecánico!!!, en fin, por suerte el mecánico tiene terrible onda y reconoce las mierdas que ha sufrido el pobre.
Pero por otro lado, el pobre Honda, reluciente entonces, comenzó a sufrir los embates de nuestra torpeza, primero Nancy se papa un 538 de cotelete, dejando el lado derecho color verde institucional COME, un mes más tarde, yo haciéndome el estacionador salvaje (precisamente un problema que padezco hasta la actualidad) engancho el paragolpe en una columna de un estrecho garage céntrico, y arranco todo, farol, señalero, todo, una mierda, nervios, ruido mal, y los tipos del garage que no sabían como consolarme. Pobre Honda está hecho mierda, lo cual no le saca el placer que resulta manejarlo, es una cosita. Igual los espíritus malignos no lo dejan en paz, ahora se me cayó un silenciador del caño de escape, y sonaba a bemba de fiolo cumbiero hijo de puta, y si todo esto no era suficiente, al volver de otra visita a su mecánico de cabecera, arrancó sonando a fusca hecho fleco, onda chen chen chen chen, inmundo. En fin, Nancy no lo quiere al auto, yo -a pesar de todo- si, me ha liberado de mandados piedra, en mi nueva función de amo de casa, me ha liberado también del "vas pallá?" tan tortuoso para quien lo recibe, y de entregarle cifras astronómicas a los tacheros, cifras que ahora quedan en las estaciones, entre las cuales está mi favorita que es la Esso de Gallinal y la Rambla, donde con la carga me hacen un lavado muy sicodélico. En fin, qué nuevas aventuras y puteadas me sacará el querido y sufrido Honda? el tiempo lo dirá, creo que solo el fucking 5 de oro me permitirá acceder a otra cosa, ye.

 

No hay luz, no hay ángel, no hay una mierda

Alguna vez estuviste al borde de palmar? pero digo de palmar mismo, no esa de "ah, me salvé de que me pasara el mionca por encima" sino the final countdown, cuando sabés que la muerte está ahí, a pocos segundos, salado no?.
Una noche, casa del Jonno, gran asato, gente, esposas, novias y todo eso, las tradicionales colitas de martes machos, pero creo que en este caso se habían puesto pulpones en la parrula, de esos que tienen telita... ññññ Todo re bien, re ameno como siempre hasta que en determinado momento, mi ansi de gordo, mi carnivorismo salado, pero principalmente esa voracidad frente a la carne, me llevó a avalanzarme sobre las tablas donde se picaba la nerca, cual langosta en profecía bíblica. Otra costumbre de dogor, mandarse la vaca quemada con pan simultáneo, un clásico, y si viene mojado en juguito mejor, pero no me acuerdo si era este caso, cosa que hice en ese momento sin saber que estaba frente a un hito de mi fucking life. Los años de pobreza que padecí, me llevaron a cargar una situación paralela en mis piezas dentales, situation que me obligó a perder una de esas muelas clave en la mastiqueta del asato, aunque ya había experimentado filtraciones por el agujero resultante de dicha extracción, no lo tomaba como un peligro de ninguna especie, sinó como una simple desgracia consecuencia de la pobreza, y porqué no, cierto abandono.
Lo cierto es que ese espacio que dejó la muela en su partida al más allá, terminó protagonizando el terrible momento que paso a contar: voy como todo cristiano en busca de ese pedazo jugoso de carne, ye, agarra pan y agarra carne y manda, mastica todo bien, pero no tanto, siento que un pedazo de esa telita o fucking cartílago que tienen los pulponetes, forma una especie de extensión o puente orgánico entre los pedazos fraccionados de fibras musculares quemadas de vacuno, y esa conexión se instala en el agujero que forma la muela extraída, es allí donde el reflejo alimenticio define tragar la carne que se desliza sobre la parte inicial de la lengua, es allí donde clung, aghhhh, jjjjeaaaa, argjjjj, juajjjjjj, comienzo a darme cuenta que ese pedazo traía cola, al mismo tiempo que también me doy cuenta que no puedo respirar. Esa confianza que tiene uno de que no va a morir, me llevó a luchar solitariamente contra el problema sabedor entonces que lo podía resolver, cosa que no pintó, porque no podía zafar del pedazo y seguía sin respirar, fué allí donde vino la desespereta. En todo momento mandé mi mano hacia el fondo de mi boca, intentando cazar ese pedazo irregular y perverso de carne, se me patinaba entre las falanges de los dátiles, sumado esto a la nervia ocasionada por ese proceso mortal, hacían poco probable que lo lograse, entonces allí apreté el botón rojo de la vida y pensé, "puta madre, me estoy muriendo y de esta forma y en este tipo de evento!", horrible, morite solo en tu casa imbécil, morirse y pudrir una fiesta se ve desagradable por donde lo mires aunque ya no veas porque en realidad ya sos un fucking and cold fiambre. Mi reloj vital me cantó que más de 10 o 15 segundos no iba a poder soportar, por lo que comencé a hacer público mi problema. A mi lado estaba los amigotes, recuerdo haber visto a algunos, no sé si en colores o tipo slides dark, pero recuerdo haber visto a Juancito a quien sin dudar le mandé una ñapi a la altura de los riñones, su reacción fué de "vo qué hacés", la muerte me miraba fijo y no me resignaba, no, pará que tengo cosas que hacer todavía cheeee, es ahí donde mando mi segundo piñazo éste que impacta en el tronco del Seba, quien también incrédulo no entendía una mierda lo que ocurría, finalmente, entre el Jonno y el Jota comenzaron a golpearme la zona de los homóplatos y a tomarme cual bufarra emporrador pero salvador, lo que seguramente fué clave para permitirme al fin, poder cazar el pedazo de carne y sacarloooooooo, aaahhahhahaaaaaa, juaaaaa (no de risa sino de expulsa nerca), y la vida volvió a su cauce.
Quedé pálido y lloroso en los instantes inmediatos a la salvada, veía la cara de contrariedad y confusión que tenían los presentes, onda que nadie esperaba un hecho de dicha naturaleza lo cual me parece completamente razonable porque es horrible y apestoso. Ahora bien, qué pasa cuando estás a un paso de la muerte? esa que no esperás, esa que te agarra en una fiesta, contento, pasando bien, no estás enfermo, no hay amenanzas, no hay una mierda... entonces, exactamente, qué mierda padecemos aquellos que vemos tan de cerca? sabés qué? nada, mismo nada de nada, solo es un proceso enteramente racional donde sos plenamente consciente que te vas, y resistís, pero tampoco pensás mucho al respecto, es una lucha frontal, simple y directa entre tus posibilidades de zafar y la muerte, o algún estado al cual por suerte no llegué. Pero qué hay de esas otras experiencias que hablan de una luz, de un lugar apacible, de un montón de mierda que te rescata o te integra al supuesto paraíso?, nada, luz? cero, todo lo contrario se te va apagando todo, angel? bueno, si consideramos al Jonno, al Jota, al Seba y al Meque (otro que recuerdo haber visto) como tales, todo bien, lo acepto, pero no tienen ni alas ni arito sobre el bocho, y seguramente sean pecadores también, que joder, pero no, no eran ellos. Sabés qué? no hay una mierda, nada, nada mismo, solo tu instinto frente a la eventualidad, tus ganas frente al problema. Tiempo después, la anécdota siempre es recurrente "vo Alan, masticá bien eh?" "yeeeee", cargo el estigma del resucitado, del que casi arruina un evento, a tal punto que cuando me recuperé, tuve que decirle a algunas personas que continuasen pasando bien porque el problema ya estaba resuelto, al ver que me miraban onda "fa, pobre", si, la ví, pero bueno, zafé. Igual que zafó un pibe que veo en algunos eventos que se llama Rocco, que también tuvo un encuentro similar con el más allá, y tampoco vió nada. En fin, a los amigos creyentes les digo que me parece que la luz es nuestra vida, y si esa se apaga... bueno, ojalá tengan razón y haya un más allá donde seguir la fiesta.

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